Desde o fundo de ti, e ajoelhado
um menino triste, como eu, nos olha.
Pela vida que arderá nas suas veias
teriam que amarrar-se nossas vidas.
Por essas mãos, filhas das tuas,
teriam que matar as minhas mãos.
Pelos seus olhos abertos na terra
verei nos teus lágrimas um dia.
Eu não o quero, Amada.
Para que nada nos amarre
que nada nos una.
Nem a palavra que perfumou tua boca
nem o que disseram as palavras.
Nem a festa de amor que não tivemos,
nem os soluços junto à janela.
(Amo o amor dos marinheiros
que beijam e partem.
Deixam uma promessa.
Não voltam nunca mais.
Em cada porto uma mulher espera:
os marinheiros beijam e partem.
Uma noite deitam-se com a morte
no leito do mar.
Amo o amor que se reparte
em beijos, leite e pão.
Amor que pode ser eterno
ou que pode ser fugaz.
Amor que quer libertar-se
para voltar a amar.
Amor divinizado que se chega
amor divinizado que se vai.)
Já não se encantarão meus olhos nos teus,
já não abrandará junto a ti minha dor.
Mas onde quer que vá levarei o teu rosto
e onde quer que vás levarás a minha dor.
Fui teu, foste minha. Que mais? Juntos demos
uma volta no caminho por onde o amor passou.
Fui teu, foste minha. Tu serás daquele que te amar,
do que colher no teu jardim o que eu semeei.
Vou-me embora. Estou triste: estou sempre triste.
Venho dos teus braços. Não sei para onde vou.
... Do teu coração diz-me adeus um menino.
E eu digo-lhe adeus.
--------------
Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste como yo, nos mira.
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.
Por esas manos, hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.
Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.
Yo no lo quiero, Amada.
Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron tus palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.
Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
(Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.)
Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.
Crepusculario. Barcelona, Planeta, 1990.