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17 de jan. de 2014

Maneiras de se combater o nada de Julio Cortázar


Theophrastos Triantafyllidis

"Entre as muitas maneiras de se combater o nada, uma das melhores é tirar fotografias, atividade que deveria ser ensinada desde muito cedo às crianças, pois exige disciplina, educação estética, bom olho e dedos seguros. (...) Quando se anda com a câmara tem-se de estar atento de não perder este brusco e delicioso rebote de um raio de sol numa velha pedra, ou a carreira, trançadas ao vento, de uma menininha que volta com um pão ou uma garrafa de leite. (...) O fotógrafo age sempre como uma permutação de sua maneira pessoal de ver o mundo por outra que a câmara lhe impõe, insidiosa (...)".
In: Cortázar, Julio. As armas secretas. Rio de janeiro: José Olympio, 2009.

16 de out. de 2013

Flor e cronópio de Julio Cortázar


Um cronópio encontra uma flor solitária no meio dos campos. Primeiro pensa em arrancá-la, mas percebe que é uma crueldade inútil, e se coloca de joelhos junto dela e brinca alegremente com a flor, isto é: acaricia-lhe as pétalas, sopra para que ela dance, zumbe feio uma abelha, cheira seu perfume, e deita finalmente debaixo da flor envolvido em uma enorme paz.
A flor pensa: "É como uma flor."

Do livro: Histórias de cronópios e de famas. Editora Civilização Brasileira, 10ª edição, 2007.

3 de ago. de 2012

Rayuela de Julio Cortázar

Frank Lloyd Wrigh
Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños.
 In: Rayuela, de Julio Cortázar

16 de mai. de 2010

Para escuchar con audífonos de Julio Cortázar

(...) Me fascina que la mujer que está a mi lado escuche discos con audífonos, que su rostro refleje sin que ella lo sepa todo lo que está sucediendo en esa pequeña noche interior, en esa intimidad total de la música y sus oídos. Si también yo estoy escuchando, las reacciones que veo en su boca o sus ojos son explicables, pero cuando sólo ella lo hace hay algo de fascinante en esos pasajes, esas transformaciones instantáneas de la expresión, esos leves gestos de las manos que convierten ritmos y sonidos en movimientos gestuales, música en teatro, melodía en escultura animada. Por momentos me olvido de la realidad, y los audífonos en su cabeza me parecen los electrodos de un nuevo Frankenstein llevando la chispa vital a una imagen de cera, animándola poco a poco, haciéndola salir de la inmovilidad con que creemos escuchar la música y que no es tal para un observador exterior. Ese rostro de mujer se vuelve una luna reflejando la luz ajena, luz cambiante que hace pasar por sus valles y sus colinas un incesante juego de matices, de velos, de ligeras sonrisas o de breves lluvias de tristeza. Luna de la música, última consecuencia erótica de un remoto, complejo proceso casi inconcebible.(...)
In: SALVO EL CREPÚSCULO. Ed. Nueva Imagen, Buenos Aires, 2º Ed. 1987 (1º Ed. 1984)

João Fasolino (1987, Rio de Janeiro)